Quién tiene acceso a una vida saludable

Quién tiene acceso a una vida saludable
El poder de la comunidad · Núm. 1

¿Quién tiene acceso a una vida saludable?

Cómo las reglas, políticas y sistemas influyen en nuestro bienestar

Una acera rota impide que tu vecino en silla de ruedas llegue al centro comunitario.

Tuviste que pausar tu búsqueda de trabajo porque no hay guarderías cercanas.

Quitaron el único paradero con techo, y ahora tu vecino de la tercera edad deja de ir a sus citas médicas cuando nieva.

A simple vista, parecen problemas personales, pero mira detenidamente y encontrarás las huellas de planificación, políticas y poder, definidas por personas con poder, que crean las condiciones en las que vivimos cada día.

Este artículo marca el inicio de El poder de la comunidad, una serie que examina cómo esas decisiones influyen en nuestra salud. Hablamos de más que dietas o una visita al doctor. Nos enfocamos en “las fuerzas invisibles” que impactan nuestras vidas y decisiones.

Estos son factores sistemáticos: muchos de estos sistemas afectan a comunidades enteras. No tratan a todas las personas por igual. El lugar donde alguien vive, cuánto gana, el color de su piel o su situación migratoria pueden influir en las oportunidades que tiene, o que no tiene.

¿La buena noticia? Estos sistemas fueron creados por personas, por lo que también pueden ser transformados por personas. En esta serie, conocerás a habitantes de Colorado y programas comunitarios que están trabajando para construir comunidades más justas y saludables.

 

¿Cómo se manifiestan estos sistemas?

Las fuerzas sistemáticas pueden resultar abstractas hasta que observamos cómo afectan la vida diaria.

Empecemos por algo básico: tener un lugar seguro y estable donde vivir.

 

Vivienda: cuando la estabilidad se desvanece

Es difícil cuidar de la salud sin un hogar estable. El incremento del alquiler puede llevar a una familia a mudarse, interrumpir la educación de sus hijos, y agotar sus ahorros. 

La inestabilidad de vivienda, a menudo con raíz a un trato injusto que comenzó décadas atrás, es un reto constante para muchos habitantes de Colorado. 

Un ejemplo es el redlining, la práctica de negar hipotecas, préstamos o seguros a vecindarios de personas de color, que ha creado barreras para la obtención de salud y riqueza. Aunque esta práctica fue prohibida en 1968, sus efectos aún se sienten hoy y afectan tanto la salud como la estabilidad económica.

En Colorado, hay solo 26 unidades de alquiler asequibles por cada 100 hogares con ingresos muy bajos. Eso significa que muchas familias gastan más de la mitad de sus ingresos en vivienda, o se ven forzadas a elegir entre vivienda o salud. 

Un informe del 2025 sobre vivienda en Colorado señala que esta crisis existe porque el mercado de alquiler nunca se diseñó pensando en las personas de ingresos más bajos.  Como veremos más adelante, la incapacidad de pagar de estas personas no está vinculada a que no trabajen lo suficiente.

Las personas que se mudan con frecuencia o enfrentan un desalojo son mucho más propicias a experimentar depresión, ansiedad y mala salud física.  En el caso de los niños, estos pueden tener dificultades en la escuela o cambios de conducta.

La vivienda influye más allá de lo que ocurre dentro de las paredes del hogar. También determina qué escuelas, parques o servicios públicos hay cerca. Como explica Michael H. Smith, oficial principal de programas en The Colorado Health Foundation: “Tu salud está relacionada con el lugar donde vives, donde estudias y cómo te trasladas al trabajo o a tus actividades.”

🌀 Las fuerzas invisibles en acción:

  • Cada cierto tiempo te mudas a un apartamento más barato y tu hijo tiene que cambiar de escuela cada vez.
  • Gastas todos tus ahorros en el primer y último depósito, otra vez, y no te queda dinero para otras necesidades.
  • No denuncias el moho en tu vivienda porque temes que tu arrendador te desaloje.

Trabajo: cuando el esfuerzo no alcanza

Tener un empleo no siempre garantiza estabilidad.

Muchas personas en Colorado no tienen seguro médico, licencias pagadas ni horarios predecibles. Sin estos beneficios, es difícil ir al médico, cuidar a su familia o planificar a futuro.

Michael Smith lo explica así:

“Las personas con ingresos bajos muchas veces no tienen tiempo para atender su salud. Puede que no haya clínicas cerca. Y si ganan por hora, no pueden permitirse faltar al trabajo.”

Los trabajos en el cuidado de personas, la alimentación, la hotelería y el comercio son esenciales, pero muchos no ofrecen horarios estables, licencia remunerada, salarios suficientes ni seguro de salud. En Colorado, el 71% de quienes trabajan en el sector de servicios quieren horarios más estables y predecibles. Dos de cada tres de esos trabajadores dicen tener dificultades para pagar sus cuentas.

Programas públicos como SNAP, que ayudan con los gastos de alimentación, podrían ofrecer alivio, pero muchas personas no se inscriben. Por ejemplo, en las zonas turísticas de montaña de Colorado, el trabajo estacional dificulta la inscripción y permanencia en estos programas.

La seguridad financiera también está influenciada por la raza y la etnia. En promedio, comparado con trabajadores blancos:

  • Las personas negras en Colorado ganan 34% menos
  • Las personas latinas ganan 38% menos
  • Las personas indígenas ganan 40% menos

🌀 Las fuerzas invisibles en acción:

  • Aceptas todos los turnos posibles para pagar el alquiler, pero estás agotado y te llaman la atención en el trabajo.
  • Tu médica recomienda una dieta más saludable, pero los alimentos sugeridos son más caros.
  • Quieres un empleo más estable, pero el programa de capacitación está lejos y el apoyo económico no cubre el cuidado infantil ni la gasolina.

Cuidado: cuando el sistema de salud no está presente​

La atención primaria debería ser el primer paso para cuidar la salud. Es donde se detectan problemas a tiempo, se gestionan enfermedades y, a veces, se previenen complicaciones.

Sin embargo, para muchas personas en Colorado, esa atención no está disponible. Cierran clínicas, se van los médicos, se pierde la cobertura, o resulta difícil conseguir una cita. Todo esto provoca más enfermedades no tratadas o no diagnosticadas y emergencias que podrían haberse evitado.

Una “zona con escasez de profesionales de la salud” (HPSAs, por sus siglas en inglés) es un lugar donde un solo proveedor debe atender al menos a 3,500 personas. En abril de 2025, casi el 60% de los condados de Colorado entraban en esa categoría. En los condados rurales, la cifra sube a 74%.

Pero el problema va más allá. Muchas personas en áreas rurales deben viajar durante horas para encontrar un proveedor que acepte Medicaid. Cuando terminó la emergencia nacional por COVID-19 en 2023, cientos de miles de residentes de Colorado perdieron su cobertura de Medicaid. Un informe de 2025 estima que los trámites y obstáculos administrativos podrían representar hasta 1.7 mil millones de dólares en beneficios y salarios perdidos.

🌀 Las fuerzas invisibles en acción:

  • Tienes un dolor de cabeza persistente y quieres consultar, pero la próxima cita disponible es dentro de dos meses.
  • Perdiste una cita porque la llamada era inglés y no te diste cuenta de que era de la clínica. 
  • Decides no volver con el proveedor de salud después de que no respetara tu identidad de género o desestimara tus preocupaciones.

De la conciencia a la acción

Los sistemas que moldean nuestras vidas no aparecieron de la noche a la mañana, y tampoco cambiarán así de rápido. Sin embargo, en todo Colorado, organizaciones y residentes están trabajando juntos para crear nuevas posibilidades mediante el poder de la comunidad. Esta serie trata de ayudarte a ver los sistemas ocultos y entender qué sucede cuando las comunidades se oponen a estos.

“Este trabajo es continuo,” dice Smith. Pero no necesitas ser legislador para involucrarte. Si alguna vez pensaste: “Alguien debería arreglar eso”, ese pensamiento es tu punto de partida.

Primer paso: identificar los patrones

  • Observa tu propia vida. ¿Hay algo que ahora entiendes mejor? Tal vez el aumento del alquiler, el repentino cierre del centro comunitario o el farol fundido que nadie arregla desde hace meses. Eso podría ser una señal de que hay un sistema detrás.
  • Ahora pregúntate: ¿Quién tiene el poder de cambiarlo? ¿Una agencia municipal? ¿Un arrendador? ¿La junta escolar? ¿Un vecino con conexiones? ¿Podrías ser tú?

Los próximos artículos de El poder de la comunidad mostrarán cómo las personas en Colorado están reconociendo estos sistemas y reclamando el poder. 

Esta serie es presentada por The Colorado Health Foundation, que trabaja en todo el estado para mejorar la salud mediante inversiones comunitarias e incidencia en políticas públicas. Más información en coloradohealth.org.

Producido en colaboración con Angle Content & Strategy, un estudio de contenido enfocado en proyectos con propósito, y distribuido junto con el Colorado Ethnic Media Exchange para llegar a comunidades en todo el estado.

Créditos de imagen: Foto de cabecera de @smallgroupnetwork vía Unsplash. Imágenes integradas generadas con ChatGPT (OpenAI).

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